jueves, 4 de abril de 2013

The Fall of the Days

                                       EL FIN DE LA ESPERANZA

                                                                                                           Octubre del 2611


"Los Consejeros del Paraíso fueron apaleados por Syndus y la contienda acabó en victoria para los Elementos. Aunque parecían haber muerto en batalla, Syndus parecía estar más que seguro de que los Consejeros habían conseguido escapar de alguna forma en el último momento. Aquello parecía disgustar a todos menos a mi. Sabía que eran nuestros enemigos, pero no quería que nada malo le sucediera a Cynthia, durante aquellos meses se había convertido en una buena amiga. De todas formas no conocía a los demás, pero tampoco deseaba su muerte. Luego estaba el hecho de que Syndus se había pasado al usar el elemento prohibido, ya que había movido el planeta entero dos centímetros de su eje original a causa de los temblores que había provocado por culpa de la fisura. Por todo lo demás los días en el barco transcurrieron de forma lenta y monótona, pero todo fue volviendo a la normalidad poco a poco. Tomamos tierra firme a principios de Septiembre y sin esperar ni un solo segundo, pusimos rumbo hacia la dichosa Torre. Caminamos durante días y días sin descanso alguno, en algunas ocasiones teníamos suerte y nos encontrábamos con algún pueblo en el que pudiéramos parar a comer algo, comprar víveres y buscar información y el paradero de aquella maldita Torre y de la persona que se hacía llamar "el Primero". Casi nadie sabía nada de este curioso personaje y mucho menos qué aspecto tenía, pero sí que habían oído leyendas e historias acerca de aquella Torre, que según los aldeanos estaba a punto de ser acabada. Dicha edificación recibía el nombre de Torre del Paraíso y al parecer el ritual para traer el paraíso a la Tierra se llevaría a cabo la primera semana de Octubre, en la noche sin Luna. No volvimos a saber nada de los Consejeros del Paraíso en toda nuestra travesía, lo cuál nos dio a entender o bien que no sabían nada o que habían decidido no interferir de momento. El tiempo fue pasando y al final descubrimos la localización exacta de la Torre del Paraíso por lo que no tardamos en poner rumbo ahí. El dos de octubre llegaron frente a la colosal torre. Su aspecto era realmente imponente y parecía que la edificación, que ya estaba terminada para entonces, alcanzaba los cielos de verdad. Estaba empezando a oscurecer y por lo que sabíamos, la noche sin Luna era ese día. Aquella misma noche ocurriría un Eclipse lunar que oscurecería el cielo completamente haciendo desaparecer al satélite durante varios minutos. Nadie nos recibió en nuestra llegada a la torre, lo que nos dio a entender que estarían esperándonos en el interior del edificio. Claramente, era una trampa. Entramos en aquel lugar y enseguida fuimos recibidos por los nueve Consejeros del Paraíso. Insistimos a Syndus para que siguiera subiendo la torre y así llegara hasta ese tal "Primero" pasa poder detener sus planes y de mientras nosotros plantaríamos cara a los Consejeros. Una cruenta batalla estalló entre los Elementos y los Consejeros que en grupo eran mucho más temibles que por separado, además parecían haber estado preparándose para nosotros y eso justificaba su ausencia. La batalla no llegaba a ninguna parte y en aquel momento apareció Syndus de nuevo, que al parecer se rehusaba a dejarnos atrás. La batalla continuó esta vez mucho más igualada, pero los Consejeros seguían siendo como un bloque gigante que parecía imposible de romper. Hasta que cuando llegó la medianoche ocurrió el milagro. De pronto sin razón aparente los poderes de los Consejeros se desvanecieron como si nunca los hubieran tenido y nosotros pusimos fin a la lucha. No sabíamos el por qué de aquello, pero lejos de ponernos a investigar, aprovechamos para subir hasta lo alto de la Torre donde el Primero estaría llevando a cabo el ritual para traer el paraíso. Aún nos quedaban unos segundos y los Consejeros estaban fuera de juego. Estábamos seguros de que íbamos a conseguirlo, por un momento, unos cuántos minutos, estuvimos seguros de que venceríamos. No teníamos ni idea de lo equivocados que estábamos..."

Los pasos de los cinco chicos resonaban por el corredor conforme iban subiendo las escaleras. La respiración de los muchachos era agitada, pero ninguno de ellos estaba cansado y si lo estaba no dio muestra alguna en ningún momento. Sabían lo importante que era llegar a tiempo por lo que no se detuvieron ni siquiera para hablar entre ellos. Fue en ese preciso instante cuando creían que nunca iban a alcanzar el torreón de la torre cuando vislumbraron una salida a los lejos. - Ahí está la salida, no os detengáis por nada... - Gritó Aaron con fuerza dando ese ánimo final que tanto necesitaban todos, pero que nadie pedía. Los cinco a la vez pusieron el pie en lo alto de la Torre y echaron un rápido vistazo a su alrededor, el problema era que no se veía nada. A simple vista no había nadie en aquel lugar, por lo que los cinco comenzaron a andar, esta vez más despacio acompasando su respiración, hacia el centro de la Torre. - No hay nada. No hay nadie. - Dijo Alexander sin elevar mucho la voz por si acaso. Por su tono parecía triste e incluso decepcionado ante la idea de que todo aquello no hubiera sido más que una farsa. El joven ignis había estado deseando medir fuerzas con aquel misterioso "Primero" desde que había conocido su existencia, pero al parecer ahora iba a quedarse con las ganas. - ¿Todo ha sido una farsa? - Preguntó Elena al tiempo que los chicos llegaban a lo que sería más o menos el centro. - Se han tomado muchas molestias para que fuera solo una farsa, ¿no creéis? - Preguntó Zack mirando a sus compañeros a los cuales veía justo justo. - Puede que el ritual no fuera una farsa, puede que incluso lo del paraíso fuera verdad. Lo que creo que se inventaron fue eso del Primero. - Razonó Aaron mirando de un lado para otro sin demasiado entusiasmo ya que no veía nada. - Eso tiene sentido, ya que una invención como esa atraería a las masas y les ayudarían en la construcción de la torre, como si de una secta se tratara. - Apuntó Elena al tiempo que el pelirrojo Alex enarcaba una ceja. - ¿Syndus? - Sin embargo no obtuvo respuesta alguna y el elektro también se preocupó. - ¿Nos oyes? - Durante varios segundos de nuevo les llenó el silencio, hasta que entonces escucharon una palabras cerca de ellos. - Shhh estoy aquí, no os preocupéis. Es solo que aquí hay algo que no me cuadra... ¿no lo notáis? - Preguntó el moreno mientras los otros cuatro enarcaban una ceja y negaban con la cabeza - ¿Notar el qué? - Preguntaron al unísono pero Syndus les volvió a chistar y se callaron de nuevo. - Es como una presencia, muy poderosa. Manteneos alerta... - No había terminado la frase cuando un fuerte vendaval los sacudió a todos con fuerza y acto seguido unas antorchas que estaban en las esquinas de la torre y que habían pasado inadvertidas a causa de la oscuridad, prendieron al instante iluminando toda la zona. Justo en el centro centro de lo alto de la torre a escasos metros de los cinco, se encontraba un chico. Era alto, bastante corpulento con un físico más que bien formado. Sus cabellos eran rubios y estaban bastante alborotados a causa del vendaval de viento que había sacudido la zona justo segundos antes. Llevaba unos pantalones de cuero marrones oscuros acompañado de una camiseta blanca. Su rostro mostraba una sonrisa entre macabra y divertida y sus ojos centelleaban en mitad de la noche. Los cinco se quedaron completamente boquiabiertos ante la figura que parecía haber salido de la nada, y aunque los cinco lo habían reconocido, ninguno había sido capaz de articular palabra alguna. Hasta que al final, fue Syndus el que rompió el silencio. - ¡¿Wyatt?! - Exclamó entre asombrado e incrédulo al tiempo que daba un paso hacia su hermano, pero Aaron lo agarró antes de que siguiera acercándose más a él. - Ten cuidado Syndus, mírale, no parece el mismo de antes. - Syndus volvió la vista a su hermano y éste le miraba todavía con aquel extraño brillo en sus ojos. - ¿Ni siquiera vas a darme un abrazo, hermanito? - Preguntó alzando las manos mientras los miraba a todos. Nadie se movió ni dijo nada durante unos pocos segundos que parecieron eternos y entonces Syndus comenzó a caminar hacia su hermano a pesar de la advertencia de Aaron y lo abrazó con fuerza. Wyatt devolvió el abrazo a su hermano y varios minutos después ambos se separaron. - ¿Cómo es posible que estés aquí? Desapareciste hace 600 años sin dejar ni una sola pista, creíamos que habías muerto o te habías sacrificado o algo así. Después de todo la Miasma no se propagó  y tú ya no estabas. Todo encajaba. ¿Dónde has estado? ¿Qué sucedió? Te he echado de menos. - Las palabras habían salido atropelladamente de los labios de Syndus que no podía contener la emoción de haberse reencontrado con su hermano que creía muerto hacía seiscientos años. - Eh, eh. Para. Vas a acabar atragantándote y además no puedo responderte si no dejas de preguntarme. - Dijo Wyatt mostrando una sonrisa que pretendía ser amable, pero no lo era. Sin embargo Syndus estaba demasiado contento para verlo, pero el gesto no pasó por alto para los Cuatro Elementos que sabían que algo no iba bien. Aaron abrió la boca para hablar, pero fue interrumpido por Wyatt que le había estado observando. - Pero antes que nada, los adultos vamos a tener una charla. En privado. Así que... - Movió la mano haciendo un gesto extraño y los Cuatro Elementos desaparecieron del lugar en un abrir y cerrar de ojos. Syndus se quedó perplejo y se encaró a su hermano. - ¿Pero qué estás haciendo? ¿A dónde los has mandado? - Quiso saber mientras retrocedía un paso alejándose de Wyatt. - Quieres saber lo que ha pasado, te lo contaré. Pero a ellos no los necesito, por eso los he quitado del medio. Te necesito a ti, porque serás el sacrificio. - Comentó con voz de ultratumba al tiempo que sus ojos oscurecían y una especie de aura salía a su alrededor. - ¿Sacrificio? ¿Pero de qué estás hablando, Wyatt? ¿Sacrificio para qué? - Cuestionó Syndus mientras fruncía el ceño y se colocaba en guardia. - Porque esto es todo. Eres el sacrificio que traerá el Paraíso a la Tierra.






1 comentario:

  1. Aws, cuántas ganas había ya de uno de tus capítulos asdfdfsdf *-* Bueno, empezamos con un monólogo de Zack (?) Del cual voy a comentar unas cuantas cosas.

    ❛no quería que nada malo le sucediera a Cynthia❜-> ZACTHYA. Pls. Everyday I'm fangirling and you know it xDDD
    ❛buena amiga❜ -> Buena amiga. Claro. Sólo eso. -yaoming-
    ❛ya que había movido el planeta entero dos centímetros de su eje original❜ -> Y luego hablan del calentamiento global, de que los polos se derriten... ¡pero Syndus es mucho más bestia! XDDDD
    ❛Nadie nos recibió en nuestra llegada a la torre❜ -> Me ha hecho gracia esto porque me he imaginado a los Consejeros recibiéndoles con té y pasta y como que LOL.

    Y bueno, lo demás lo voy a ir comentando en general porque me va a salir un comentario kilométrico el cual no me dejará subir y me cagaré en San Pitopato (?)
    Una batalla contra los Consejeros en la cual les patean el culo por culpa del Eclipse lunar el cual les deja completamente sin poderes. Y ahora llega lo interesante cuando siguen subiendo y se encuentran con que al parecer no hay Primero. O eso parece. Y ENTONCES APARECE WYATT LIKE A BOSS *-* Me encanta lo que ocurre a partir de ahora, especialmente cuando se abraza con Syndus y sfhsdjhfsdhf: http://i302.photobucket.com/albums/nn83/turtlegirl86/SamPAIN.gif (?) Entonces se deshace de los Consejeros y LOL Syndus es un sacrificio. Torre. Sacrificio. Fairy Tail feelings (?) En fin XDDD Me ha encantado el capítulo y ya sabes que estaré esperando más, al igual que estaré esperando esas charlas de los domingos (?)
    Love you <3

    PD: El comentario kilométrico, lo que había dicho (?)

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