miércoles, 22 de febrero de 2012

The Beginning of the End

                                                        PRÓLOGO


Ni siquiera él sabía cuánto tiempo llevaba corriendo, ¿segundos? ¿minutos? ¿horas? ¡¿Días?! Huía, estaba huyendo de algo o más bien de alguien. Las calles de San Francisco se encontraban vacías y aquello no era nada normal. Cruzó la calle principal donde ni siquiera pasaban coches y se metió por una bocacalle donde subió por una escalera de incendios. Echó un vistazo hacia arriba para ver si la escalera llegaba hasta la azotea, pero no. Lo mejor que se le ocurrió fue entrar por la única ventana que tenía a su alcance, cerrándola de un golpe tras él.

La estancia se encontraba vacía, o eso le pareció a él a simple vista. No se oía ningún ruido por lo que relajó los músculos, pero aún, manteniéndose alerta. Se encontraba en lo que parecía ser una cocina. Era muy vieja y a juzgar por la pinta que tenía hacía mucho tiempo que nadie pasaba por aquí. Había una capa de polvo bastante gruesa por todos los muebles de la estancia, y el fregadero se encontraba hasta arriba de platos usados y sucios. Miró a su alrededor hasta que dio con lo que estaba buscando. El reloj marcaba las 12:04 del mediodía. El joven volvió a mirar por la ventana algo confundido. A pesar de ser mediodía, en la calle reinaba una extraña oscuridad, la luz del sol no llegaba hasta ellos. Volvió a mirar al reloj, convencido de que estaría parado o algo semejante. Se llevó una enorme decepción cuando vio que la manecilla más fina y larga seguía moviéndose marcando los segundos. Abandonó la cocina mientras buscaba una televisión. La encontró en la sala de estar. Primero encendió el interruptor de la luz para asegurarse de que había electricidad. Una tenue y débil luz iluminó la sala mientras él buscaba el mando de la televisión. La encontró tirada en el sofá, la agarró y le dio al botón de "Power". Al principio no ocurrió nada, pero a los segundos la televisión reaccionó. Aún así, el canal no se veía "No Signal". El chico cambió de canal un poco impaciente y otra vez el mismo mensaje. Repitió la operación por todos los canales hasta que dio con uno que se veía. Era el canal de Informativos. En aquel momento, un periodista estaba re trasmitiendo una noticia desde una ciudad que parecía ser Nueva York. Él por su parte, subió el volumen para escucharle hablar.

"Así es John, según ha informado el Pentágono, los rumores que circulaban la población eran ciertas. El Eclipse Lunar que dio comienzo hace una semana todavía no ha terminado. Eso es debido a que al parecer, la Tierra ha dejado de girar al igual que la Luna. Los expertos todavía no conocen el por qué de esto, pero toda la humanidad se ha temido lo peor y ha buscado un lugar para esconderse. Según ha informado la Casa Blanca, como la Tierra y la Luna no vuelven a rotar, será el fin de toda la humanidad, ya que no podemos vivir sin luz Solar y porque muy pronto, las temperaturas comenzarán a bajar alarmantemente. La hipótesis más probable de este fenómeno es que alguien ha detenido la Tierra y la Luna. Eso suena totalmente surrealista, pero debido a la extraña aparición de los Shinters, cualquier cosa podría ser probable. Esto ha sido todo desde la Casa Blanca. 28 de Diciembre del 2012".

El chico suspiró todavía asimilando todo aquello. ¿Fin del Mundo? ¿La Tierra y la Luna detenidas por alguien? ¿Shinters? Era obvio que aquello debía de ser una especie de pesadilla. Él no recordaba nada de cuando había empezado el Eclipse y tampoco conocía de la existencia de esos "Shinters". ¿Pero qué había ocurrido con él? Huía, pero no sabía ni de quién ni por qué. Tampoco sabía desde cuándo. Ahora que se detenía a pensarlo, no se acordaba ni cómo se llamaba... Espera, sí, lo tenía en la punta de la lengua. En ese momento, el timbre de la casa sonó devolviéndolo a la realidad y sacándolo de sus pensamientos. Se quedó callado un momento, dando a entender que no había nadie en casa. Tampoco era normal que tocaran el timbre cuando no había ni Dios por la calle y más raro era que encima fuera AQUEL timbre. El timbre volvió a sonar, ésta vez, dos veces. Sea quien fuera el que se encontraba ahí fuera, se estaba impacientando.

Se levantó despacio y en silencio. Había silenciado el volumen de la televisión y ahora lo apagó con el mando. Dejó el aparato encima del sofá y se acercó sigilosamente a la puerta. El timbre sonó de nuevo, esta vez cuatro veces. El chico se plantó detrás delante de la puerta y miró por la mirilla con mucho cuidado de no sacar ningún ruido. Al otro lado vio a una chica morena, de unos rasgos perfilados. Sus ojos eran de un color azul/verdoso, unos labios finos y una nariz pequeña. A simple vista parecía preciosa. El chico iba a abrir cuando escuchó una voz femenina que venía de ninguna parte.

"¡Abre la maldita puerta para que pueda acabar con esto de una vez!"

Se quedó helado en el sitio con el pomo de la puerta en la mano. El timbre volvió a sonar. ¿De dónde había salido aquella voz? La chica del otro lado de la puerta no había movido los labios en ningún momento, pero la lógica le decía que había sido ella la que había hablado. Fue entonces cuando el chico vio como ella sacaba una especie de daga del cinto y la introducía en la cerradura. ¡Joder! ¿Iba a forzar la cerradura? ¿Era ella la persona de la que estaba huyendo? No se lo pensó dos veces y salió corriendo a la cocina otra vez. Abrió la ventana que daba a la escalera de incendios de un tirón y tras comprobar que no había nadie esperándole fuera salió, al tiempo que dentro de la casa se oía un "clac" y el ruido de una puerta al abrirse. La misteriosa chica, acababa de entrar en la casa.

Bajó corriendo por la escalera de incendios y cuando ya estaba lo suficientemente bajo, saltó para caer encima de unas bolsas de basura. Levantó la vista para ver cómo su perseguidora miraba desde la barandilla de la escalera para asegurarse de que aún seguía vivo. Al natural era muchísimo más hermosa... Se sacudió aquellos pensamientos y se levantó como pudo con el cuerpo un poco dolorido, pero ninguna herida aparente. Echó a correr a la salida de la bocacalle, escuchando el ruido de pasos detrás de él, se estaba acercando. Ya había llegado casi a la calle Principal cuando de pronto alguien dobló la esquina por el otro lado poniendo el brazo a la altura del cuello del chico en una posición horizontal.

Recibió el golpe de lleno, dio una voltereta hacia atrás por la inercia del golpe y cayó como un saco al suelo. Se le había cortado la respiración y le costaba mantenerse despierto. El ruido de los pasos que provenían de atrás cesaron, lo que significaba que su misteriosa perseguidora ya le había alcanzado. Consiguió abrir los ojos aún algo mareado y observó a un muchacho que hablaba con la chica que le perseguía, había sido él quien lo había golpeado. Era rubio, con ojos claros de un color como el cristal, llevaba barba de tres días y el joven le echaba unos 19 años. Vestía de una forma un poco peculiar y llevaba lo que parecía ser una espada Europea en su cinto. Ahora que se fijaba la chica también vestía de una manera un tanto peculiar e indescriptible. Ambos mantenían una conversación que él, puso mucho empeño en escuchar y seguir.

-Por fin le hemos atrapado, gracias por la ayuda, no lo habría logrado sin ti-aseguró la voz femenina con un tono frío.

-No entiendo cómo has tardado tanto, estaba desorientado y confuso-le reprochó el joven.

-Lo sé, pero parece que aún le siguen funcionando...

-Ya lo veo y eso que el Eclipse lleva en el cielo más de una semana, no entiendo como puede ser tan resistente cuando todos los nuestros han sucumbido.

Al ver que él daba señales de vida ambos se acercaron a él y lo miaron fijamente. Él ni siquiera habló, no tenía fuerzas ni siquiera para eso. De pronto se sentía muy cansado y muy débil. La chica lo miró fijamente a los ojos.

-Escucha, tú eres el único que puede impedir esto, haz las cosas bien esta vez, no tomes las decisiones equivocadas y no se te ocurra mantenerte al margen-comentó con una voz suave que sorprendió bastante al muchacho.

-Recuerda, necesitarás la "Intuición Aptitiva" para no cometer ningún error, eso es lo único que necesitas recordar, ahora descansa, cuando despiertes, todo habrá acabado.

Él no tenía muchas ganas de descansar ya que aquellas personas llevaban persiguiéndolo desde hacía días y ahora estaba en sus manos, a su merced. Por no mencionar que no tenía ni idea de lo que esos dos estaban hablando y si hubiera tenido fuerzas suficientes, se habría puesto a replicar. Pero no las tenía, sintió que el cansancio se iba apoderando de él a una velocidad alarmante, hasta que por fin, se desvaneció.