sábado, 20 de octubre de 2012

The Beginning of the End

                                       LA ÚLTIMA DECISIÓN DE WYATT

                                                                                                  Diciembre del 2011


Si hubiera sabido lo que le iba a suceder en ningún momento habría accedido a la petición de Heclacio. El Shinter le había dicho que el sello de la Miasma estaba a punto de romperse y que para volver a restablecerlo debía llevarse a cabo un ritual en Luna Llena, que casualmente era aquella misma noche. Si el ritual no se llevaba a cabo aquella noche, para cuando llegara el siguiente plenilunio ya sería demasiado tarde. Wyatt había accedido a ayudarle y Heclacio procedió a explicarle lo que estaba sucediendo. Para sellar la miasma, se precisaba de los Elementos naturales del planeta. De acuerdo con la tradición, cada dos mil doce años, una parte del alma de los Elementos eran usados para sellar la Miasma. Le explicó que los Elementos actuales no eran los primeros Elementos del planeta y que antes de ellos había por lo menos cientos de Elementos que habían sido creados con el propósito de restablecer el sello de la miasma. Cada vez que aquello sucedía los Elementos morían y siglos más tarde se volvía a resucitar al cacho de alma que quedaba en el planeta para prepararlo para el futuro. Aquella terrible verdad cayó sobre Wyatt con el peso de una losa. Así que para restablecer el sello de la Miasma los Elementos tenían que morir. Después podían volver a resucitarlos, pero ya no serían ellos mismos, serían personas nuevas y su hermano Syndus no podría soportar perderlos. Le prometió a Heclacio que llevaría a cabo el ritual a pesar de lo mucho que los Elementos significaban para él y el viejo abandonó la casa en silencio tras despedirse de todos. Después de aquello los cinco chicos habían ido a donde Wyatt para bombardearle a preguntas sobre lo que Heclacio le había comentado. Aún así Wyatt les había dicho que necesitaba algo de tiempo a solas para asimilar la información y que hablaría con ellos a la mañana siguiente. Pasó lo que le quedaba de tarde intentando tomar una decisión respecto a qué hacer con lo del sello de la Miasma. ¿Debía sacrificar a los Cuatro Elementos por el bien del mundo? Mirándolo de forma global cualquiera respondería que aquello debía de hacerse por un bien mayor, pero Wyatt apreciaba demasiado a los Elementos como para tomar aquella decisión de forma objetiva. Eran las 11 de la noche cuando por fin, llegó a la conclusión de que sea lo que fuere que iba a ser, sería lo correcto. Al final, acabó tomando una decisión.

FIN DEL VOLUMEN 1...


The Fall of the Days

                                                     EL PARAÍSO

                                                                                                         Julio del 2611

El sol golpeaba con especial fuerza aquel día. Hacía bastante calor, aunque la suave brisa que soplaba de vez en cuando hacía el calor algo más ameno. Aún así la temperatura ambiente debía de rozar los 45ºC y eso para cualquier persona que quisiera considerarse a sí mismo como humana era más que desagradable, por no decir insoportable. Un chico de aspecto rubio caminaba por la calle sin un rumbo aparente fijo. Miraba a todas partes como si esperara que en cualquier momento fuera a pasar algo o salirle alguien al paso. El joven tendría unos 17 años, pelo rubio y ojos oscuros. No era demasiado alto, pero sí que era de cuerpo bien formado. Vestía con una especie de camiseta negra de manga corta acompañado de unos pantalones azules oscuros que llegaban hasta el suelo a pesar de llevar unas deportivas blancas. No llevaba nada llamativo a la vista excepto un curioso brazalete en su mano izquierda. El accesorio era plateado y tenía una curiosa piedra incrustada en la parte superior. El chico dobló la esquina metiéndose en un callejón cuando de pronto varios encapuchados salidos de la nada le rodearon. - No iréis a robar a un joven de mi edad que no tiene ni para comer..- Espetó el chico con voz calmada y levantando las manos para dar a entender que no iba a intentar nada de ninguna manera. - Danos lo que tengas y no sufrirás ningún daño. - Dijo el que parecía ser el líder de la banda. El rubio suspiró un poco metiendo la mano en el bolsillo del pantalón despacio para que ninguno se alarmara y sacó una bolsita de dinero. A continuación se lo pasó al jefe y éste lo hizo sonar al lado de su oreja para asegurarse de que la bolsita no estaba llena de harina por ejemplo. - Es todo lo que tengo ¿Puedo irme ya? - Preguntó al tiempo que comenzaba a bajar la mano izquierda de forma lenta. El jefe pareció vislumbrar algo en ese momento y apuntó con su afilada espada al chico. - ¡Danos el brazalete! - Exigió el bandido con furia y codicia. - Ah, no, de ninguna manera, no puedo entregaros este brazalete. Lo siento, fue un regalo de mi hermano. Podéis quedaros con el dinero, pero no con mi brazalete. - Se defendió mientras su mirada se ensombrecía bastante al ver que el jefe blandía la espada contra él sin hacer caso a sus peticiones. De pronto el bandido jefe salió volando y se estrelló contra la pared del callejón aparentemente inconsciente mientras su cuerpo se escurría hasta el suelo y convulsionaba de vez en cuando por una causa inexplicable. Los demás bandidos se miraron los unos a los otros y a continuación cargaron a por el chico todos a la vez con sus armas desenvainadas. Lo que no sabían aquellos forajidos era que sus armas de poco servían ante alguien como aquel joven. En un destello con chispas azules todos acabaron en el suelo inconscientes, el chico caminó hasta el forajido jefe, le quitó la bolsita de dinero que le había dado en un principio y tras recogerla siguió su camino con naturalidad como si no hubiera pasado nada en ningún momento.

Volvió a lo que parecía ser la calle principal y siguió su camino con tranquilidad, aunque en su interior algo le decía que tenía que darse prisa. Aceleró el paso un poco hasta que salió del pueblo y luego tiró a mano derecha caminando por la orilla del río que pasaba por al lado de aquel pequeño pueblo en que se habían instalado hace poco. Suspiró deteniéndose de pronto mientras miraba a su alrededor para ver si había alguien por ahí. El lugar estaba desierto ya que en nadie en su sano juicio tenía intenciones de abandonar el pueblo con el calor que hacía. Miró al frente, el nacimiento del río estaba en una montaña de al lado de la villa y tenía que ir hasta ahí, sin embargo aún le quedaba bastante caminó. Se había entretenido en el mercadillo comprando algo para su amiga y ahora llegaba tarde, por lo que al final optó por coger la vía fácil. Cerró los ojos y en un parpadeo se encontraba al lado de la cueva de la montaña donde nacía el río. A pesar del calor y la sequía de aquel lugar, inexplicablemente la fauna de la montaña era de un color verde naturaleza y el río siempre era caudaloso, por no mencionar que en aquella montaña vivían todo tipo de animales. Al lado de la cueva había una especie de cabaña de madera bastante grande, en el podrían caber tranquilamente siete personas. El chico tiró a andar hacia la cabaña y abrió la puerta con cuidado de no sacar demasiado ruido por si interrumpía alguna conversación de las personas que se encontraban en su interior. Nada más cerrar la puerta puerta se dio la vuelta en el rellano y se encontró con unos ojos azules claros que lo miraban con reproche. - Llegas tarde. - Comentó con tono de regañina pero sin elevar su voz en ningún momento. EL rubio lo miró con cara de disculpa mientras sonreía de forma amistosa y ambos comenzaban a caminar hacia el salón donde probablemente esperaban todos los demás. - Siento haberme distraído, pero hoy había mercadillo y me he entretenido de camino. - Comentó con calma mientras el otro chico de ojos azules y de cabello rubio de media melena lo miraba de forma fugaz. - No vuelvas a hacer eso, empezábamos a pensar que te habría pasado algo. - Le comentó con voz grave mientras abría la puerta del salón y tres cabezas se volvían hacia ellos de forma simultanea. - Siempre tarde Zack. - Soltó un chico pelirrojo con una melena tan larga que le llegaba por debajo de la cintura sonriendo de forma divertida. El chico que estaba a su lado era moreno, tenia el cabello corto y sus ojos brillaban como brillaba el cristal cuando recibía los rayos de sol. Asintió con la cabeza de acuerdo con lo que el pelirrojo había dicho y después clavó la vista en la única chica de las estancia. - Estábamos preocupados ya, si vuelves a retrasarte por lo menos avisa. - No le estaba reprimiendo, la chica sonreía de forma amable y tranquila, por lo que el recién llegado sonrió asintiendo con la cabeza. - Siento no haberos avisado, pero no todos los días me piden que le de una vuelta al mundo para saber si hay noticias o algo nuevo.  - Inquirió ladeando la cabeza mientras se revolvía el pelo con tranquilidad. El único chico moreno de ojos cristalinos se removió en su asiento y le miró a los ojos mientras respiraba hondo. - ¿Has oído algo sobre él? - El rubio negó levemente con la cabeza y una sombra de decepción se reflejó en el rostro del moreno. - Lo siento Syndus, pero no hay nada. Es como si se hubiera esfumado, como si alguien lo hubiera borrado del mapa llevando todo el rastro posible con él. - El moreno sonrió como pudo mientras apoyaba los codos sobre la mesa. - Entiendo. Gracias Zack, de verdad aprecio el esfuerzo que has hecho. Deberías de descansar, seguro que ha sido bastante agotador para ti. - Le dijo Syndus mientras el Elektro tomaba asiento en la mesa junto a la ??morena que le dedicó una sonrisa. - De todas formas en el otro continente he oído algo de lo más extraño y creo que os interesará saberlo. Es algo raro y a ti te encantan las cosas raras Aaron. - Dijo volteando la cabeza hacia el otro chico rubio de media melena que le había abierto la puerta. - ¿Y qué es eso tan raro? - Quiso saber el Ventus con una repentina chispa de interés en sus claros ojos. - ¿Qué has oído? - Dijo el pelirrojo uniéndose a la conversación de forma improvista. Zack miró a Aaron y después volvió la vista hacia el pelirrojo. - He oído sobre el Paraíso, Alex. - Dejó caer el Elektro clavando sus ojos en sus amigos uno por uno. - ¿El "Paraíso"? - Repitió la morena abriendo los ojos sin comprender. - Así es Elena, hay rumores por todo el continente que dicen que pronto llegará el Paraíso a la Tierra. - Aaron frunció el ceño pensativo. - ¿Pero el Paraíso como tal? ¿El Paraíso Paraíso? - Insistió el Ventus algo confuso. No era para nada típico que él repitiera tanto una pregunta que ya a había sido respondida, pero aquello le había pillado por sorpresa, igual que a todos. - Están levantando una especie de Torre para conseguirlo. En lo que a mi respecta me suena a cuento chino, pero quería comentároslo, ya que a lo mejor para vosotros significa algo.

Un silencio sepulcral reino durante los próximos diez minutos, ya que los chicos estaban ensimismados y pensativos por lo que Zack les había comentado. Ninguno dijo nada en absoluto hasta que Aaron levantó la vista y la clavó en Syndus. - Syn, recuerdo que antes de su desaparición Wyatt nos comentó una anécdota relacionada con la Tribu Shinter en la que nombraba el paraíso en la Tierra. Según tu hermano, ambos estabais presentes cuando el antiguo líder Sadler os contó la historia. ¿Por qué no nos la cuentas? - Las cuatro cabezas incluida la del propio Aaron se volvieron hacia Syndus. Éste asintió despacio mientras suspiraba un momento y se mordía el labio pensativo, tratando de recordad la leyenda/historia que había oído hace más de mil años ya. Pero él no era de los que se sentaban a escuchar esa clase de historias, aquello era más propio de Wyatt. Si él estuviera ahí seguro que tendría las respuestas a todas aquellas preguntas. Lo cierto es que le echaba demasiado de menos. Había desaparecido hace ya 600 años, justo en la noche en la que Heclacio había aparecido para hablar con él. Syndus ni siquiera sabía de lo que habían hablado, ya que Wyatt le había pedido que esperaran al día siguiente para compartir la información. Sin embargo al día siguiente su hermano mayor había desaparecido sin dejar rastro alguno. Llevaban buscándolo desde entonces, pero es como si al chico lo hubiera devorado la Tierra. - ¿Syndus...? - Preguntó Elena con suavidad devolviendo al chico al mundo real. - Sí, bueno, veréis. Recuerdo que aquel día Wyatt y yo habíamos iniciado una discusión por una tontería. Una cosa nos llevó a la otra y al final acabamos discutiendo si el Paraíso existía o no. Yo afirmaba que sí y Wyatt aseguraba que no. Sadler nos encontró justo a tiempo y nos dijo que nos contaría una historia para disipar nuestras dudas, pero que nos advertía de antemano que yo llevaba la razón y que el Paraíso realmente existía. Nos narró una leyenda que al parecer decía que en algún momento dado el Paraíso llegaría a la Tierra y que la señal sería la construcción de una torre que alcanzara los cielos. Tampoco presté demasiada atención, yo llevaba la razón y con eso me bastaba. En aquel entonces no me interesaba aquella historia para nada. Lo único que quería era darle en las narices a Wyatt. - Sentenció mientras dejaba que su voz flotara en el aire y a continuación se perdiera en el silencio. Los cinco volvieron a callarse hasta que de nuevo fue Zack el que rompió el silencio. - Entonces... ¿de verdad es cierto ese cuento del Paraíso? ¿la leyenda era cierta? - Preguntó el chico a nadie en concreto mientras se estiraba un poco. - Bueno, dicen que todas la leyendas tienen una base de verdad. - Comentó Alexander como respuesta a las palabras de Zack. - Sí, pero no podemos saberlo. - Añadió Elena mientras se echaba el pelo hacia atrás con un suave gesto. - Supongo que solo hay una forma de averiguar su autenticidad, comprobándolo nosotros mismos. - Todos miraron a Syndus ya que era el único que no había dicho nada, además en ese tipo de temas él tenía la última palabra desde la desaparición de Wyatt. - Tenéis razón, haced las maletas chicos. ¡Nos vamos al otro continente! -












3 comentarios:

  1. Bueno, empezaré de forma ordenada y tranquila:
    1. ASVDAHUGVFHUAVDJWEVFGIWU
    2. CÓMO MOLA.
    3. SBIUAFUEBISBJBFIEFWEFWFUBIRWBIGFUREBGIB
    4. Me gusta cómo haces que tus personajes parezcan tan reales, como cada uno y entre ellos mismos se relacionan.
    5. Me gusta cómo los Elementos cuidan los unos de los otros, y sobre todo me gusta Alex. Aish, no sé qué tiene pero joer, me encanta *^*
    6. AVSUADYUVFWIEFVWEIFVWR -tenía que dejarlo claro-
    7. YA PUEDES SEGUIR ESCRIBIENDO. QUIERO SABER QUÉ IGNIS (?) PASA CON EL PARAÍSO PERO YA.
    8. Increíble, Unai.
    9. SIGUE ESCRIBIENDO.
    10. Cuando publiquen el libro lo compro. Y te hago publicidad. :33

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  2. DGTHBRTHNERGNRTYHBNHGNTRGHBNGTRGHNTRYHBRTGH
    SÓLO PUEDO DECIR QUE: ¡QUIERO MÁS!
    Ayyyyyy ha estado vgbgdbfbgdfbg Me has dejado con la intriga, quiero saber qué pasarááááááááá.
    Espero el próximo con muchas ganas, seguro que estará genial :33 ffvgbebgbbedv

    ¡Besos gigantesssss, María! :33

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  3. Quiero volver al foroo
    Y me encanta tu historia :) <3
    El paraiso deberia ser el fin del mundo D:
    Bueno, saludos :3

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